¿Donde van a paraa las antiguas paradas que están sustituyendo por unas nuevas en las calles de Madrid?
¿Está alguien haciendo negocio con ellas? ¿Un político? ¿Bankia?
¿Van al cementerio de las paradas de autobús?
¿Se las lleva el rumano chatarrero en el carrito de supermercado "despistado"?
Las vende el Ayuntamiento o quien sea a un país de Tercer Mundo para aliviar los números rojos?
Quien lo sabe...
sábado, 11 de octubre de 2014
jueves, 21 de agosto de 2014
Las excelencias de viajar en metro
Una de ellas es la poca gente mayor que viaja en él, con lo cual te evitas los empujones y codazos para subir antes que tu. A los mayores no les gusta nada el metro, así que nada de carreras para que no te sientes en su asiento favorito, aunque si he notado que su manía es sentarse en los extremos mas cercanos a las puertas.
La gente del metro es joven, va cargada de mochilas (atención en las aglomeraciones) y carpetas o cuadernos enormes, mamás y papás con niños (también cargados con enormes mochilas, trabajadores leyendo su e-book, sudamericanos con el "20 Minutos", intelectuales con "EL País" abierto, o algún vejestorio despistado con "La Razón". Obreros con sus bolsas de deporte, idem, pero deportistas de verdad con su uniforme del equipo y a veces en grupo, modernos con sus bicis, chiquitos con monopatín, amas de casa cargando bolsas con la compra, y pasada cierta hora, jovencitos de todo pelaje que van o vuelven de marcha, chonis discotequeras, grupos de chicas con diademas excéntricas que van de despedida de soltera, chinas que van de fiesta luciendo unos modelitos que te dejan patidifusa, y lo mismo vale para los de países del este con pinta de ir de boda, en verano destacan mucho más las sudamericanas con pantalones prietos y camisetas de tirantes luciendo lorzas.
El metro resulta muy ameno y divertido, no ves el paisaje y nada te libra de soportar a los músicos que te dan la vara a todo trapo, pedigüeños varios (el que ha salido de la cárcel, el mal encarado que te da el papelito y luego lo recoge, el operado de la pierna, y últimamente, los pretendidos payasos graciosos, que versean sobre la gente a su alrededor. Si vas ocupado en tus cosas, o leyendo, la verdad es que molestan un montón, pero es un medio de transporte rápido (por lo general) y quitando las horas punta, suele ir moderadamente lleno, (yo casi siempre encuentro asiento) y tienes mucho mas sitio cuando vas cargado con maletas o bolsas.También molestan menos los carritos de bebé, y son mucho mas fáciles de llevar a la hora de entrar y salir.
Al metro no le afectan las manifestaciones porque no cortan su calle, aunque eso sí, entonces suele ir a rebosar, y el tiempo de espera de uno a otro suele ser corto (digo suele), no como los 20 minutos de espera o mas de algunos autobuses, mas que por la noche, o en festivos.
Tampoco cortan el servicio en fin de semana, como es este verano la moda en algunas lineas de bus.
Eso sí, a veces hay me subir y bajar un montón de escaleras por muy automáticas que sean, y fastidia pero bien cuando alguna no funciona.
Tampoco se libra de las aglomeraciones y a veces vas apretado, pero estamos en una gran ciudad, y ese es uno de los inconvenientes.
Eso sí, como en todas partes la gente suele ir pegada a su móvil, aquí también, pasando mensajitos o jugando al "candy crush". La raza humana va a mutar con la cabeza para abajo, mirando su aparatito.
Ya nadie mira para arriba.
Nota: las fotos son de la estación antigua que ya no funciona.
La gente del metro es joven, va cargada de mochilas (atención en las aglomeraciones) y carpetas o cuadernos enormes, mamás y papás con niños (también cargados con enormes mochilas, trabajadores leyendo su e-book, sudamericanos con el "20 Minutos", intelectuales con "EL País" abierto, o algún vejestorio despistado con "La Razón". Obreros con sus bolsas de deporte, idem, pero deportistas de verdad con su uniforme del equipo y a veces en grupo, modernos con sus bicis, chiquitos con monopatín, amas de casa cargando bolsas con la compra, y pasada cierta hora, jovencitos de todo pelaje que van o vuelven de marcha, chonis discotequeras, grupos de chicas con diademas excéntricas que van de despedida de soltera, chinas que van de fiesta luciendo unos modelitos que te dejan patidifusa, y lo mismo vale para los de países del este con pinta de ir de boda, en verano destacan mucho más las sudamericanas con pantalones prietos y camisetas de tirantes luciendo lorzas.
El metro resulta muy ameno y divertido, no ves el paisaje y nada te libra de soportar a los músicos que te dan la vara a todo trapo, pedigüeños varios (el que ha salido de la cárcel, el mal encarado que te da el papelito y luego lo recoge, el operado de la pierna, y últimamente, los pretendidos payasos graciosos, que versean sobre la gente a su alrededor. Si vas ocupado en tus cosas, o leyendo, la verdad es que molestan un montón, pero es un medio de transporte rápido (por lo general) y quitando las horas punta, suele ir moderadamente lleno, (yo casi siempre encuentro asiento) y tienes mucho mas sitio cuando vas cargado con maletas o bolsas.También molestan menos los carritos de bebé, y son mucho mas fáciles de llevar a la hora de entrar y salir.
Al metro no le afectan las manifestaciones porque no cortan su calle, aunque eso sí, entonces suele ir a rebosar, y el tiempo de espera de uno a otro suele ser corto (digo suele), no como los 20 minutos de espera o mas de algunos autobuses, mas que por la noche, o en festivos.
Tampoco cortan el servicio en fin de semana, como es este verano la moda en algunas lineas de bus.
Eso sí, a veces hay me subir y bajar un montón de escaleras por muy automáticas que sean, y fastidia pero bien cuando alguna no funciona.
Tampoco se libra de las aglomeraciones y a veces vas apretado, pero estamos en una gran ciudad, y ese es uno de los inconvenientes.
Eso sí, como en todas partes la gente suele ir pegada a su móvil, aquí también, pasando mensajitos o jugando al "candy crush". La raza humana va a mutar con la cabeza para abajo, mirando su aparatito.
Ya nadie mira para arriba.
Nota: las fotos son de la estación antigua que ya no funciona.
domingo, 17 de agosto de 2014
Autobuseros
Desconozco si habrá algún protocolo de actuación que se dice ahora, pero por lo general los autobuseros hacen lo que les da la gana.
Si el transporte es un servicio púlico, muchas veces de servicio tiene poco.
La circulación de Madrid y mas en horas puntas es un caos y puede acabar con la paciencia de cualquiera, pero muy pocos son amables o responden al saludo, abunda la cara de vinagre sobre todo en los de cierta edad. Por fas o por nefas siempre hoy alguna alteración del servicio, manifestaciones, obras, o lo que sea, unas veces van muy llenos, otras vacíos, uno pasa pegado al otro y luego esperas 20 minutos o mas y no para.Y para colmo, este verano, hay líneas que no funcionan durante el fin de semana. Muchas. Bastantes. Algunas líneas funcionan con 4 coches. La culpa, desde luego, no es del sufrido usuario que, a veces en domingo o festivo, o cuando sea, tiene que ir a trabajar y si no, la gente no deja de moverse de acá para allá. (Con la excepción de los viejos que, no van al médico, pero van al Corte Inglés).
Sobre parar... paran donde les viene bien a ellos: antes de la parada o después de la parada o junto al semáforo en rojo para aprovecharlo, pero cuando tu corres a cogerlo no te abrirá porque, en teoría, "ya no está en la parada", ha abierto antes, o está dos metros mas adelante parado en el semáforo en rojo mirando para otro lado. Otras veces no te abren "porque no le has hecho señal de que pare", demonios si estoy parada en la idem, ¿lo hago por gusto? ¿porque no tengo nada mejor que hacer? Pues hay que salir y hacerles señales para que te vean indicándoles que se pare, como si fueran a rescatarte de un naufragio, si no, adiós, hay te quedas. Donde está eso escrito, me gustaría saber.
Por las noches hay pocos y si lo ves venir, no te molestes en correr para cogerlo porque no va a parar. "según su teoría no hay nadie en la parada y voy a toda mecha". No la hay, pero estoy llegando corriendo como una loca para ver que ni siquiera hace ademán de disminuir la velocidad. Lo mejor no molestarse e irse al metro que siempre para.
Y hablando de pararse, a veces ellos lo hacen en mitad de la calle para hablar con el amigo que lleva un coche en dirección contraria.
En las cabeceras, llueva, nieva o truene o haga un sol de justicia, no te abren para que te subas al airecito acondicionado, no. Cierran y te dejan en la calle hasta que el señor decide que es casi la hora, se va a subir y te va a dejar entrar porque va a salir inmediatamente.
Por supuesto mandan en el aire acondicionado y lo mas probable es que en verano,(o en dias que tampoco hace tanto calor, demonio) en ciertos sitios te salgan carámbanos.
¿Que lo coge poca gente? No tan pocos, y si en lugar de favorecer el despido se favoreciera el empleo, mucha mas gente cogería el autobús para ir a trabajar.
¡Qué alegría da cuando uno contesta a tu saludo, se acerca a la acera para que baje la gente mayor y te abre la puerta a pesar de que llegas corriendo y está un metro mas allá!
Si el transporte es un servicio púlico, muchas veces de servicio tiene poco.
La circulación de Madrid y mas en horas puntas es un caos y puede acabar con la paciencia de cualquiera, pero muy pocos son amables o responden al saludo, abunda la cara de vinagre sobre todo en los de cierta edad. Por fas o por nefas siempre hoy alguna alteración del servicio, manifestaciones, obras, o lo que sea, unas veces van muy llenos, otras vacíos, uno pasa pegado al otro y luego esperas 20 minutos o mas y no para.Y para colmo, este verano, hay líneas que no funcionan durante el fin de semana. Muchas. Bastantes. Algunas líneas funcionan con 4 coches. La culpa, desde luego, no es del sufrido usuario que, a veces en domingo o festivo, o cuando sea, tiene que ir a trabajar y si no, la gente no deja de moverse de acá para allá. (Con la excepción de los viejos que, no van al médico, pero van al Corte Inglés).
Sobre parar... paran donde les viene bien a ellos: antes de la parada o después de la parada o junto al semáforo en rojo para aprovecharlo, pero cuando tu corres a cogerlo no te abrirá porque, en teoría, "ya no está en la parada", ha abierto antes, o está dos metros mas adelante parado en el semáforo en rojo mirando para otro lado. Otras veces no te abren "porque no le has hecho señal de que pare", demonios si estoy parada en la idem, ¿lo hago por gusto? ¿porque no tengo nada mejor que hacer? Pues hay que salir y hacerles señales para que te vean indicándoles que se pare, como si fueran a rescatarte de un naufragio, si no, adiós, hay te quedas. Donde está eso escrito, me gustaría saber.
Por las noches hay pocos y si lo ves venir, no te molestes en correr para cogerlo porque no va a parar. "según su teoría no hay nadie en la parada y voy a toda mecha". No la hay, pero estoy llegando corriendo como una loca para ver que ni siquiera hace ademán de disminuir la velocidad. Lo mejor no molestarse e irse al metro que siempre para.
Y hablando de pararse, a veces ellos lo hacen en mitad de la calle para hablar con el amigo que lleva un coche en dirección contraria.
En las cabeceras, llueva, nieva o truene o haga un sol de justicia, no te abren para que te subas al airecito acondicionado, no. Cierran y te dejan en la calle hasta que el señor decide que es casi la hora, se va a subir y te va a dejar entrar porque va a salir inmediatamente.
Por supuesto mandan en el aire acondicionado y lo mas probable es que en verano,(o en dias que tampoco hace tanto calor, demonio) en ciertos sitios te salgan carámbanos.
¿Que lo coge poca gente? No tan pocos, y si en lugar de favorecer el despido se favoreciera el empleo, mucha mas gente cogería el autobús para ir a trabajar.
¡Qué alegría da cuando uno contesta a tu saludo, se acerca a la acera para que baje la gente mayor y te abre la puerta a pesar de que llegas corriendo y está un metro mas allá!
A vueltas con la mala educacion
Otro signo no ya de mala educación sino de pésima educación es el estado es que están las zonas donde se ubican los contenedores de reciclaje de papel y vidrio.
de acuerdo a lo mejor limpian poco (en mi barrio no es así, doy fe) pero es que en cuanto se despeja el sitio, se vuelve a llenar con cosas de todo tipo, como si fuera el sitio donde dejar la mierda que no se quiere. No solo hay cajas de cartón que si se doblan caben dentro, pero eso si hay que molestarse un poco, ropa vieja, cintas de video, periódicos, carpetas llenas de papelajos, restos de pintura y papel sucio de los que han pintado su casa, bolsas de basura, por supuesto, que se dejan donde a uno le viene en gana, ahí, junto a una farola o en medio de la calle, da igual.
Algunos de los que lo tiran dentro lo hacen, tanto el vidrio como el papel en bolsa de plástico, con lo cual el reciclaje se reduce al 50 por ciento. Hay otro sitio donde dejar la bolsa, tíralo y llevátela de vuelta a casa para otra vez, que ahora las cobran, a veces los frascos de cristal se meten hasta con tapa puesta.
Para que no falte de nada, por lo general las isletas de reciclaje huelen a meaos que tiran para atrás. la verdad es que no solo ahí, sino también en cualquier rincón, parada de autobús, junto a portales, da igual, cualquier lugar es bueno para aliviarse. Y no solo lo hacen los perros, sino las personas, mas bien los hombres que lo tiene mas fácil que nosotras. Aun así no deja de ser una guarreria.
de acuerdo a lo mejor limpian poco (en mi barrio no es así, doy fe) pero es que en cuanto se despeja el sitio, se vuelve a llenar con cosas de todo tipo, como si fuera el sitio donde dejar la mierda que no se quiere. No solo hay cajas de cartón que si se doblan caben dentro, pero eso si hay que molestarse un poco, ropa vieja, cintas de video, periódicos, carpetas llenas de papelajos, restos de pintura y papel sucio de los que han pintado su casa, bolsas de basura, por supuesto, que se dejan donde a uno le viene en gana, ahí, junto a una farola o en medio de la calle, da igual.
Algunos de los que lo tiran dentro lo hacen, tanto el vidrio como el papel en bolsa de plástico, con lo cual el reciclaje se reduce al 50 por ciento. Hay otro sitio donde dejar la bolsa, tíralo y llevátela de vuelta a casa para otra vez, que ahora las cobran, a veces los frascos de cristal se meten hasta con tapa puesta.
Para que no falte de nada, por lo general las isletas de reciclaje huelen a meaos que tiran para atrás. la verdad es que no solo ahí, sino también en cualquier rincón, parada de autobús, junto a portales, da igual, cualquier lugar es bueno para aliviarse. Y no solo lo hacen los perros, sino las personas, mas bien los hombres que lo tiene mas fácil que nosotras. Aun así no deja de ser una guarreria.
sábado, 2 de agosto de 2014
Madrid Río (2)
Después de lo largo que fue el recorrido anterior pensaba hacer el resto en dos mas pero resulta que con uno me lo he liquidado.O es mas corto o es mas fácil.
Este lo he empezado en Legázpi un poco mas allá del primer puente de esos que parecen barcas boca abajo y tienen dentro dibujos de "skaters". Por él crucé al otro lado que me parecía una mejor vista de la casa del reloj, naves del matadero y de los invernaderos. Discurre junto al pretil del río que se ve bien, pero hay menos vegetación y el gran coñazo lo dan los ciclistas que siguen pasando casi rozándote cuando menos te lo esperes y van con cierta velocidad, (sobre todo tíos equipados como para correr el "Tour") o a mi me lo parece, así que con las mismas he vuelto a pasar al otro lado por el siguiente puente idéntico al primero.
No me he arrepentido. Quizás no se vea tanto la orilla puesto que hay elevaciones y tienes que ir haciendo eses pero desde luego hay mas jardincitos con césped sobre el que la gente toma el sol o reposa. Hay menos ciclistas (muchos menos al menos cuando yo he estado, puede ser que porque el camino no es tan fácil o hay un par de ellos y puedes elegir cual escoger) y menos agresivos.
Tranquilamente y sin esfuerzo me encuentro en la zona llamada de "playa" (mucho imaginar) que es donde se encuentran los chorros esos que salen del suelo. esta zona estaba mucho mas densamente poblada: sudamericanos gordos con los críos y bolsas de comida sobre todo e incluso algún chino (algo raro, no suelen verse).El césped aquí está machacadísimo y pelado en algunos trozos.
Un poco más allá tras atravesar otra zona de césped donde se instala la gente mas tranquila a tomar el sol, me encuentro con el puente"del tirabuzón"; que es el mas bonito, creo yo, y el mas largo. desde allí se veía el Vicente Calderón, y el Puente de Toledo donde finalicé el recorrido la vez anterior, que quizás sea también el más bonito de todos.
Dispuesta a salir por allí paso por una zona de tubos que parecen de tubería gorda y resulta que son toboganes por donde se tiran los críos. Yo estoy ya mayor para eso y me daba miedo quedarme atascada con mi claustrofobia, así que he seguido mi camino junto a otra zona de juegos para salir al metro de Pirámides. pero he cogido un autobús.
Junto a este recorrido corre una especie de arroyo pedregoso, que estaba mas seco que nada, pero que con agua puede resultar agradable, cruzado por algún puentecito. En esta zona abunda las matas de lavanda que a estas alturas de verano, está ya ya bastante seca, la pobre.
O estaban cerrados los demás o solo hay una terraza, grande eso sí para reponer fuerzas.
He tardado algo mas de una hora a buen paso y me ha parecido un recorrido mas corto que el otro y me ha gustado mucho más.
De repetir alguno, repetiría esta, sin ninguna duda.
Sorry, no he he hecho fotos. otro día será.
Este lo he empezado en Legázpi un poco mas allá del primer puente de esos que parecen barcas boca abajo y tienen dentro dibujos de "skaters". Por él crucé al otro lado que me parecía una mejor vista de la casa del reloj, naves del matadero y de los invernaderos. Discurre junto al pretil del río que se ve bien, pero hay menos vegetación y el gran coñazo lo dan los ciclistas que siguen pasando casi rozándote cuando menos te lo esperes y van con cierta velocidad, (sobre todo tíos equipados como para correr el "Tour") o a mi me lo parece, así que con las mismas he vuelto a pasar al otro lado por el siguiente puente idéntico al primero.
No me he arrepentido. Quizás no se vea tanto la orilla puesto que hay elevaciones y tienes que ir haciendo eses pero desde luego hay mas jardincitos con césped sobre el que la gente toma el sol o reposa. Hay menos ciclistas (muchos menos al menos cuando yo he estado, puede ser que porque el camino no es tan fácil o hay un par de ellos y puedes elegir cual escoger) y menos agresivos.
Tranquilamente y sin esfuerzo me encuentro en la zona llamada de "playa" (mucho imaginar) que es donde se encuentran los chorros esos que salen del suelo. esta zona estaba mucho mas densamente poblada: sudamericanos gordos con los críos y bolsas de comida sobre todo e incluso algún chino (algo raro, no suelen verse).El césped aquí está machacadísimo y pelado en algunos trozos.
Un poco más allá tras atravesar otra zona de césped donde se instala la gente mas tranquila a tomar el sol, me encuentro con el puente"del tirabuzón"; que es el mas bonito, creo yo, y el mas largo. desde allí se veía el Vicente Calderón, y el Puente de Toledo donde finalicé el recorrido la vez anterior, que quizás sea también el más bonito de todos.
Dispuesta a salir por allí paso por una zona de tubos que parecen de tubería gorda y resulta que son toboganes por donde se tiran los críos. Yo estoy ya mayor para eso y me daba miedo quedarme atascada con mi claustrofobia, así que he seguido mi camino junto a otra zona de juegos para salir al metro de Pirámides. pero he cogido un autobús.
Junto a este recorrido corre una especie de arroyo pedregoso, que estaba mas seco que nada, pero que con agua puede resultar agradable, cruzado por algún puentecito. En esta zona abunda las matas de lavanda que a estas alturas de verano, está ya ya bastante seca, la pobre.
O estaban cerrados los demás o solo hay una terraza, grande eso sí para reponer fuerzas.
He tardado algo mas de una hora a buen paso y me ha parecido un recorrido mas corto que el otro y me ha gustado mucho más.
De repetir alguno, repetiría esta, sin ninguna duda.
Sorry, no he he hecho fotos. otro día será.
domingo, 20 de abril de 2014
Madrid Rio (1)
Parte central, de Príncipe Pío a Puente de Toledo.
Bajo del bus e inicio el paseo en dirección sur por la orilla este. terreno plano aunque con poca vegetación, mas bien tipo parterre. Encuentro un par de terrazas donde sentarse pero sigo, cruzándome con algunos que corren y pocos ciclistas. Dejo a la izquierda la ermita de la Virgen del Puerto y la sala La Riviera. hasta que una barrera me impide seguir y me obliga a pasar al otro sendero y cruzar el puente de Segovia, lo hago cambiándome de rivera. allí la panorámica es la mejor para una foto, puesto que puedes sacar la catedral, el palacio y los edificios de la plaza España, detrás de un estanque con chorros de agua.
Este trozo esté mas animado con mucha gente de paseo, hay árboles aunque pequeños (un trozo se llama "rivera de los pinos", aunque lo que se ve detrás no es muy allá, y lo sigo hasta que se bifurca por medio de un puente y vuelvo a pasar al otro lado. Pinos y zonas de juego hasta que se interrumpe bruscamente el sendero a la altura del llamado Puente de Andorra para hacer sitio al estadio Vicente Calderón. Vuelvo al oeste y sigo por otro sendero con pinos y zonas de juego. Sigo adelante haciendo la curva del estadio y dejando el río a la izquierda hasta divisar el puente de Toledo. Mucha mas gente y ciclistas mas atrevidos, o sea, que van mas rápidos y en grupitos. Encuentro otra terracita agradable, yo sigo derecha hasta unos jardincitos que huelen a "boj" para subir al puente y meterme en el metro de Marqués de Vadillo.
Calculo que he ido mas o menos, del punto 3,10 al 4,65 y he tardado mas o menos una hora, sin para y a buen paso.
Me quedan otros dos trozos, los de los extremos, que pienso hacer otros días, andando, desgraciadamente no sé montar en bici..
Bajo del bus e inicio el paseo en dirección sur por la orilla este. terreno plano aunque con poca vegetación, mas bien tipo parterre. Encuentro un par de terrazas donde sentarse pero sigo, cruzándome con algunos que corren y pocos ciclistas. Dejo a la izquierda la ermita de la Virgen del Puerto y la sala La Riviera. hasta que una barrera me impide seguir y me obliga a pasar al otro sendero y cruzar el puente de Segovia, lo hago cambiándome de rivera. allí la panorámica es la mejor para una foto, puesto que puedes sacar la catedral, el palacio y los edificios de la plaza España, detrás de un estanque con chorros de agua.
Este trozo esté mas animado con mucha gente de paseo, hay árboles aunque pequeños (un trozo se llama "rivera de los pinos", aunque lo que se ve detrás no es muy allá, y lo sigo hasta que se bifurca por medio de un puente y vuelvo a pasar al otro lado. Pinos y zonas de juego hasta que se interrumpe bruscamente el sendero a la altura del llamado Puente de Andorra para hacer sitio al estadio Vicente Calderón. Vuelvo al oeste y sigo por otro sendero con pinos y zonas de juego. Sigo adelante haciendo la curva del estadio y dejando el río a la izquierda hasta divisar el puente de Toledo. Mucha mas gente y ciclistas mas atrevidos, o sea, que van mas rápidos y en grupitos. Encuentro otra terracita agradable, yo sigo derecha hasta unos jardincitos que huelen a "boj" para subir al puente y meterme en el metro de Marqués de Vadillo.
Calculo que he ido mas o menos, del punto 3,10 al 4,65 y he tardado mas o menos una hora, sin para y a buen paso.
Me quedan otros dos trozos, los de los extremos, que pienso hacer otros días, andando, desgraciadamente no sé montar en bici..
domingo, 23 de marzo de 2014
La mala educación
Móviles en el cine
Lo repito por activa y por pasiva.
Los móviles en el cine, en mitad de una película (ni digo ya en el teatro), Joden. Joden mucho. Sobre todo al que está al lado e incluso al que está al otro lado del pasillo, pero aun así siempre hay alguien que decide encenderlo y hacer vete a saber qué con él, cuando los demás estamos interesados viendo lo que hemos pagado por ver.
En "Agosto" fueron dos los plastas maleducados. A un viejo se le cayó al suelo, organizando un ruido del demonio, y a la otra , hasta ya de que no parase, tuve que decirle que por favor, apagara eso de una vez por todas ya que su empeño pasaba de castaño oscuro.
¿No les interesa la película? Que se larguen. ¿Es mucho mas interesante lo que ponga en su móvil que haber pagado por lo que están viendo? Que se salgan y jugueteen con el aparato todo lo que quieran fuera. La verdad es que ni siquiera puedo comprender que vayan al cine y pongan la atención en otra cosa. Vete a una cafetería y ahórrate los 6 euros. Así al menos dejarán de molestar a los demás, que vamos al cine a ver lo que sea, y llevamos el móvil bien apagadito en el bolso y lo encendemos cuando salimos. lo demás, aparte de una molestia es una falta de educación. No digamos ya en el teatro, cuando los actores están trabajando para que tu disfrutes y con tu jugueteo incansable les sacas de su concentración. (He visto casos de vergüenza ajena)
La dependencia del móvil está llegando a un punto demencial. Que no me digan que hay tantas cosas tan urgentes como para molestar al vecino de butaca un montón de veces. Bastante tenemos con aguantar conversaciones que no nos interesan o intimidades que no hemos pedido escuchar cuando vamos en el autobús esperamos en un cruce.
¡Perros no!
Estoy harta del "no hace nada" que te sueltan los dueños de los perros cuando el animalito se te acerca mas de lo que consideras deseable.Por supuesto, faltaría mas que lo hiciera porque se te iba a caer el pelo de la denuncia que te pongo, pero comprende que tu animalito a mi no me gusta y no me apetece que se me acerque. Ni el tuyo, ni el del vecino, y el demás allá, y no tengo por qué soportar su compañía.
Si te digo que lo sujetes, lo sujetas y punto, por mucho que lo adores, porque somos muchos a los que no nos gustan o tienen alergias.
Aplaudo la iniciativa de algunos comercios o cafeterías que han puesto el letrero de "Perros no". Pues no, oiga usted, un perro incluso el suyo, es un animal y no quiero tomarme un café a su lado, ni mucho menos que merodee a mi alrededor. Con todos mis respetos a los perros-guía de los ciegos, que considero los mejor educados del mundo y que cumplen una función social.
No digamos ya cuando los meten en medio de una aglomeración. Si lo haces te arriesgas a que te lo pisen, así que cógelo en brazos, demonios y no mires con cara de odio a los que pasamos cerca.
Los perros son mejores que las personas
Cantinela que me ha costado aguantar mas de una y mas de dos veces, generalmente de personas que presumen de amar a los animales pero les importan un pepino los humanos, a los que van avasallando y jodiendo por la vida.
Si te plantas con otras tres personas y tu perro en mitad de una calle estrecha y no tengo por donde pasar, lo retiras y no me increpes, diciendo el "no hace nada" de rigor y lo malos que somos algunos ( los que no nos gustan los perros o nos está molestando el suyo, por lo general), pasando al insulto de la manera mas soez, cuando no hemos hecho otra cosa mas que decir "por favor, déjeme pasar".
Será tu perro, pero es un chucho feísimo que está molestando, y tu también, por ponerte de tertulia justo donde mas molestas.
Sí, algunos perros son mejores que algunas personas, sobre todo que usted, que dice amarlo tanto, y desprecia a los que no hacemos lo mismo.
Gente con carritos
La gente en cuanto coge algo con ruedas se convierte, además de en un incordio, en un peligro.
En el supermercado se dejan siempre justo en medio del pasillo mientras se mira la estantería. Cuando se juntan dos (por lo general, en el mismo pasillo los dejan juntitos) no hay quien pase, y me refiero tanto a carritos como maletas con ruedas.
Cuando lo que llevan entre manos es un cochecito de niño, mejor te vas lo mas lejos que puedas;te arrollarán, saliendo de un portal o tienda con el carrito por delante, empujando mientras la mamá habla con la amiga y dándote un empellón a la menor o parando varios juntos justo en el medio de algo.
Lo que se ha convertido en un auténtico tormento es el traqueteo del fin de semana de gente llevado maletas de carrito de acá para allá, calle, metro, autobús, lo que sea... catacroc, catacroc, catacroc.... Además, cuando suben al bus la gente las deja en medio del pasillo, con lo cual, no pasa nadie sin saltarla y más cuando son maletones. Una maleta en un autobús es un incordio porque no hay sitio y sí mucha gente.
Con respecto a los carritos de la compra, generalmente llenos a rebosar conducidos con mas bien poca destreza por señoras mayores... mejor no digo nada.
Los que tiran colillas a la calle
Así, directamente, desde donde sea... aparte de mala educación y una guarrería, puedes quemar algo a alguien.
A mi me las han tirado desde dentro de una tienda a la calle justo cuando yo pasaba a mis pies, desde un balcón o ventana, desde una terraza de la calle cuando bajaba las escaleras del metro (me dio en la cabeza).
Delante de las paradas de autobús se acumulan unas cuantas, en las playas (no es el caso de Madrid) las encuentras metidas en la arena, lo cual es un asco. Al menos en el metro lo han prohibido, porque iban directas a las vías.
Las calles están llenas de terrazas quitando sitio a los peatones por ellos. Al menos cada vez no dejan hacerlo en mas sitios. pero por desgracia la calles es la calle y ahí nadie ha metido mano, así que nos seguiremos tragando el humo del que va delante, del que espera el autobús a tu lado... del que te tira la colilla encima, etc...
¡Pobrecitos los fumadores, cuanto sufren por culpa de su asqueroso vicio! y que incomprendidos son, que casi se les trata de apestados.
Los ciclistas
Temo a los ciclistas, sí los temo principalmente porque van por la acera o por donde les da la gana, a veces a velocidades que no deberían, y mas de una vez he estado a punto de se arrollada por algún listo montado sobre dos ruedas, o yo, o la pareja de viejos que va paseando tranquilamente.
El hecho de ir en bici parece que les da permiso para ir por donde les sale de cierto sitio y que tienen preferencia incluso por las aceras cuando no es así cuando de un día para otro han pintado miles de carriles en las calles para que vayan por donde los coches. Pues no. No es un coche, pero siempre va mas rápido que un peatón. detesto a los listos que se crean muy mayores y van sorteando a la gente como si la calle fuera el Rally de Montecarlo.
Los motoristas con eso de que van a aparcar en la acera son experto en meterse por los pasos de peatones, circular por las aceras cuando les pilla una calle en dirección contraria y otras lindezas semejantes.
Los detesto casi tanto como a los conductores de furgonetas, otra raza aparte que hace lo que le sale de los mismísimos. Cuidado con ellos si conduces, y si andas también porque se meterán donde les place y como les place.
Lo repito por activa y por pasiva.
Los móviles en el cine, en mitad de una película (ni digo ya en el teatro), Joden. Joden mucho. Sobre todo al que está al lado e incluso al que está al otro lado del pasillo, pero aun así siempre hay alguien que decide encenderlo y hacer vete a saber qué con él, cuando los demás estamos interesados viendo lo que hemos pagado por ver.
En "Agosto" fueron dos los plastas maleducados. A un viejo se le cayó al suelo, organizando un ruido del demonio, y a la otra , hasta ya de que no parase, tuve que decirle que por favor, apagara eso de una vez por todas ya que su empeño pasaba de castaño oscuro.
¿No les interesa la película? Que se larguen. ¿Es mucho mas interesante lo que ponga en su móvil que haber pagado por lo que están viendo? Que se salgan y jugueteen con el aparato todo lo que quieran fuera. La verdad es que ni siquiera puedo comprender que vayan al cine y pongan la atención en otra cosa. Vete a una cafetería y ahórrate los 6 euros. Así al menos dejarán de molestar a los demás, que vamos al cine a ver lo que sea, y llevamos el móvil bien apagadito en el bolso y lo encendemos cuando salimos. lo demás, aparte de una molestia es una falta de educación. No digamos ya en el teatro, cuando los actores están trabajando para que tu disfrutes y con tu jugueteo incansable les sacas de su concentración. (He visto casos de vergüenza ajena)
La dependencia del móvil está llegando a un punto demencial. Que no me digan que hay tantas cosas tan urgentes como para molestar al vecino de butaca un montón de veces. Bastante tenemos con aguantar conversaciones que no nos interesan o intimidades que no hemos pedido escuchar cuando vamos en el autobús esperamos en un cruce.
¡Perros no!
Estoy harta del "no hace nada" que te sueltan los dueños de los perros cuando el animalito se te acerca mas de lo que consideras deseable.Por supuesto, faltaría mas que lo hiciera porque se te iba a caer el pelo de la denuncia que te pongo, pero comprende que tu animalito a mi no me gusta y no me apetece que se me acerque. Ni el tuyo, ni el del vecino, y el demás allá, y no tengo por qué soportar su compañía.
Si te digo que lo sujetes, lo sujetas y punto, por mucho que lo adores, porque somos muchos a los que no nos gustan o tienen alergias.
Aplaudo la iniciativa de algunos comercios o cafeterías que han puesto el letrero de "Perros no". Pues no, oiga usted, un perro incluso el suyo, es un animal y no quiero tomarme un café a su lado, ni mucho menos que merodee a mi alrededor. Con todos mis respetos a los perros-guía de los ciegos, que considero los mejor educados del mundo y que cumplen una función social.
No digamos ya cuando los meten en medio de una aglomeración. Si lo haces te arriesgas a que te lo pisen, así que cógelo en brazos, demonios y no mires con cara de odio a los que pasamos cerca.
Los perros son mejores que las personas
Cantinela que me ha costado aguantar mas de una y mas de dos veces, generalmente de personas que presumen de amar a los animales pero les importan un pepino los humanos, a los que van avasallando y jodiendo por la vida.
Si te plantas con otras tres personas y tu perro en mitad de una calle estrecha y no tengo por donde pasar, lo retiras y no me increpes, diciendo el "no hace nada" de rigor y lo malos que somos algunos ( los que no nos gustan los perros o nos está molestando el suyo, por lo general), pasando al insulto de la manera mas soez, cuando no hemos hecho otra cosa mas que decir "por favor, déjeme pasar".
Será tu perro, pero es un chucho feísimo que está molestando, y tu también, por ponerte de tertulia justo donde mas molestas.
Sí, algunos perros son mejores que algunas personas, sobre todo que usted, que dice amarlo tanto, y desprecia a los que no hacemos lo mismo.
Gente con carritos
La gente en cuanto coge algo con ruedas se convierte, además de en un incordio, en un peligro.
En el supermercado se dejan siempre justo en medio del pasillo mientras se mira la estantería. Cuando se juntan dos (por lo general, en el mismo pasillo los dejan juntitos) no hay quien pase, y me refiero tanto a carritos como maletas con ruedas.
Cuando lo que llevan entre manos es un cochecito de niño, mejor te vas lo mas lejos que puedas;te arrollarán, saliendo de un portal o tienda con el carrito por delante, empujando mientras la mamá habla con la amiga y dándote un empellón a la menor o parando varios juntos justo en el medio de algo.
Lo que se ha convertido en un auténtico tormento es el traqueteo del fin de semana de gente llevado maletas de carrito de acá para allá, calle, metro, autobús, lo que sea... catacroc, catacroc, catacroc.... Además, cuando suben al bus la gente las deja en medio del pasillo, con lo cual, no pasa nadie sin saltarla y más cuando son maletones. Una maleta en un autobús es un incordio porque no hay sitio y sí mucha gente.
Con respecto a los carritos de la compra, generalmente llenos a rebosar conducidos con mas bien poca destreza por señoras mayores... mejor no digo nada.
Los que tiran colillas a la calle
Así, directamente, desde donde sea... aparte de mala educación y una guarrería, puedes quemar algo a alguien.
A mi me las han tirado desde dentro de una tienda a la calle justo cuando yo pasaba a mis pies, desde un balcón o ventana, desde una terraza de la calle cuando bajaba las escaleras del metro (me dio en la cabeza).
Delante de las paradas de autobús se acumulan unas cuantas, en las playas (no es el caso de Madrid) las encuentras metidas en la arena, lo cual es un asco. Al menos en el metro lo han prohibido, porque iban directas a las vías.
Las calles están llenas de terrazas quitando sitio a los peatones por ellos. Al menos cada vez no dejan hacerlo en mas sitios. pero por desgracia la calles es la calle y ahí nadie ha metido mano, así que nos seguiremos tragando el humo del que va delante, del que espera el autobús a tu lado... del que te tira la colilla encima, etc...
¡Pobrecitos los fumadores, cuanto sufren por culpa de su asqueroso vicio! y que incomprendidos son, que casi se les trata de apestados.
Los ciclistas
Temo a los ciclistas, sí los temo principalmente porque van por la acera o por donde les da la gana, a veces a velocidades que no deberían, y mas de una vez he estado a punto de se arrollada por algún listo montado sobre dos ruedas, o yo, o la pareja de viejos que va paseando tranquilamente.
El hecho de ir en bici parece que les da permiso para ir por donde les sale de cierto sitio y que tienen preferencia incluso por las aceras cuando no es así cuando de un día para otro han pintado miles de carriles en las calles para que vayan por donde los coches. Pues no. No es un coche, pero siempre va mas rápido que un peatón. detesto a los listos que se crean muy mayores y van sorteando a la gente como si la calle fuera el Rally de Montecarlo.
Los motoristas con eso de que van a aparcar en la acera son experto en meterse por los pasos de peatones, circular por las aceras cuando les pilla una calle en dirección contraria y otras lindezas semejantes.
Los detesto casi tanto como a los conductores de furgonetas, otra raza aparte que hace lo que le sale de los mismísimos. Cuidado con ellos si conduces, y si andas también porque se meterán donde les place y como les place.
miércoles, 5 de marzo de 2014
Dulce Madrid (2)
Sin embargo, hoy por hoy, y entre las nuevas tiendecitas
con los famosos “cupckakes” en el escaparate, que no entran en este mi relato y que ya aburren, lo
mas chic de Madrid en pastelerías quizás sean “Mallorca” y “Embassy”, ambas aunque con
decoración moderna conservan cierta solera y los precios por encima de la
media, pero un gusto es un gusto si quieres hacer el esfuerzo y rascarte el
bolsillo. Si tu standard de calidad es de lo mejorcito o quieres hacer una
excepción, tomate un té en el RITZ, o en el Palace. La experiencia vale la pena
y se paga como tal.
Las tiendas de la cadena “Mallorca” son grandes y tienen
de todo: refinada bollería, canapés, pasteles, panecillos, delicatessen varias
pero sus torteles rellenos de pasta de almendra son de lo mejorcito hasta el
punto de hacerme olvidar por un momento mi anhelado croissant.
“Embassy”, solo hay uno, en la esquina de Ayala con la
Castellana y lleva allí, uf, desde la guerra civil o antes. Tiene fama de ser centro de reunión de los espías de ambos bandos que pululaban por Madrid durante la segunda
guerra mundial. Tiene un salón de té estilo inglés donde sirven sándwiches de
pepino y “scones” y suele estar lleno de señoras del barrio de Salamanca, al
menos lo estaba antes de la crisis pero no, hoy no he venido por un ataque
súbito de anglofilia. En caso de que me diera, podría acercarme a “Living in
London”, decorado mas al estilo Laura Ashley (cretonas y flores) agradable pero
un poco estrecho y lleno de gente por lo general (idem respecto a lo de la
crisis)
No puedo remediarlo. A estas alturas hecho de menos
salones como “Angeline” o”La Durée” en Paris. Finos, elegantes y con unos
pasteles de morirse solo con verlos de puro apetecibles y bonitos. Lo de la
tarta Sacher y el “apfelstrudel”
mientras escuchas un vals de los cafés de Viena prefiero no mencionarlo.
En Madrid tampoco hay tradición de bombonerías como las
de Bruselas, una tentación para mis sentidos, con las que te topas en cualquier
esquina. Son sitios minúsculos a veces pero a rebosar de “pralinés”, como los
llaman allí. Bombonerías… pues aquí tenemos “Santa”, y son tan grandes como
piedras. En sus tiempos estuvo “Juncal” (Calle Recoletos) desaparecida hace
mucho. Nuevas hay alguna, como “Xocoa” pero ya nada es igual. Bueno, sí, nos
queda “La pajarita” que de “Puerta del Sol 6” se ha ido a la calle Villanueva
donde venden aún sus famosos caramelos cuadrados y planos en papel blanco con el anagrama de dibujitos
como si fuera un jeroglífico. También queda “La Violeta” en la plaza de Canalejas
y sus caramelos en forma de flor morada.
De toda la vida está en la calle Toledo la tienda
“Caramelos Paco”. Si buscas glamour no vayas porque la tienda es mas bien
tirando a cutre pero está llena a rebosar de caramelos de todo tipo, tamaño y
condición que venden si lo quieres, en enormes paquetes, muñecos de azúcar en un montón de formas, además de chupetes,
pirulís, biberones de anises y mil cosas más.
Me niego a volver a casa sin mi croissant perfecto.
Podría cambiarlo por unos churros, como los de la Chocolatería de San
Ginés, Valor o simplemente, la cafetería Nebraska, pero no, mira tú que
casualidad el “croissant casi perfecto” aparece cuando menos te lo esperas: los
de un sitio nada glamoroso en la calle Bravo Murillo arriba los recuerdan un
poco (3 por 1,50) y los tienen hasta integrales, en “Moulin Chocolat”, en plena calle de Alcalá
frente al Retiro, te cobran 2 euros por uno que bueno, si te quieres gastar el dinero pues… aunque a fuer de ser sinceros, también en Granier (ahora por todo madrid como setas) los tienen a 1,50 euros 3, o en un sitio nuevo que imita al pain Quotidien en la calle Atocha al mismo precio. Hasta Lidel en su tahona te da un par de ellos por 0,60 (eso si que es romper precios) y no están nada mal. No es lo mismo, pero un croissanmt siempre será un croissant.
lunes, 27 de enero de 2014
DULCE MADRID (1)
Atacada por un súbito ataque de añoranza e hipoglucemia
me pongo a pensar lugares llenos de azúcar que marcaron mi infancia.
Recordé los barquillos que vendían los barquilleros de El
Retiro y que me compraban después de bajar de un viaje en el vapor por el
estanque, especialmente unos de color rosa que vete a saber que tendrían.
Mi abuela me llevaba a una cafetería llamada “ILSA Frigo”
justo a un lado de la iglesia de San José que parecía salida de la película
“American Graffiti” que no entonces no estaba ni en proyecto, con las camareras
luciendo sus gorritos de soldado y taburetes redondos tapizados de “skay” rojo
en la barra, donde yo me tomaba unas gigantescas tortitas con nata. Desparecieron
de repente, pero aún quedaban Manila y California, entre otras nacidas con la
moda de los nombres de lugares exóticos cuando poca gente viajaba. California
tenía unos brioches de pasas estilo francés, suaves y mantecosos.
También recuerdo los suizos con picos, los muñecos de azúcar
en forma de bebés, los botes redondos de chocolatinas Nestlé, y las pequeñas
cuadraditas con su papel de plata que traían un cromo.
Cuando nos vivimos a vivir aquí, dejando atrás las
exquisitas y elegantes pastelerías de Barcelona, recuerdo las enormes bandejas
de pasteles, de un tamaño mas que respetable, nada de esos bocaditos de hoy
día, de la pastelería “Laorden”, hoy desaparecida, en una bocacalle de la Plaza Mayor; los
bizcochos de Vergara, glaseados, y las rosquillas de Alcalá de la pastelería
“Hermanos Diez” de la calle Villanueva, en nuestro barrio.
Junto a mi colegio estaban las “Pastelerías Rodríguez”
lugar de paso casi obligado para muchas que atraía por su permanente olor a
bollo recién horneado y riquísimos por cierto, algo que aún hoy sucede a veces
en la calle Goya cuando pasas delante de “Italnova” o cerca de “Formentor” en
la calle Hermanos Miralles, donde fue a parar la que recuerdo en la plaza de
Chueca, que aún hoy conserva su esquinazo parecido a una casita campestre o
mejor, tipo massia mallorquina, convertida en un antrillo de cafés y copas. Lo
que aún conserva es el olor a ensaimada mallorquina, bien nevada por arriba y deshaciéndose
en la boca de pura grasa. Si te la comes rellena de crema tostadita por encima,
mi favorita, o rellena de nata, que no me gusta tanto, acompañada de la famosa
“leche Formentor” con limón y canela en la barra, ya es para morir de gusto. Otras especialidades
son las cocas y hojaldres rellenos de verdura que no se suelen encontrar por
estos lares.
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Pastelería del Pozo |
Mucha nostalgia, pero mi croissant francés, aún no ha
aparecido, así que me voy al centro, a esas pastelerías antiguas, las de techos
altos, con decoración en dorado y lámparas de cristal que están despareciendo
poco a poco, aunque quedan algunas, que deberían conservarse como oro en paño.
Evito los “Rodilla” aunque sus croissant son grandes y, si
tienes unas prisas te puede valer. También evito el supermercado de ciertos
grandes almacenes, en los que la bollería, la verdad, no está en absoluto a la
altura de su fama.
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Escaparate de La Mallorquina |
Salgo del metro en la Puerta del Sol, justo en la esquina
con la calle Mayor, donde, inamovible, me espera uno de mis establecimientos
favoritos: “La Mallorquina”, con sus dos entradas diminutas (hay que esperar
que salgan para entrar tú) por las que accedes a su no muy ancho, quizás porque
suele estar lleno de gente, pasillo entre dos mostradores llenos de empanadas,
bollos(vende miles de “napolitanas” al día), tartas, pastas de té, bombones,
reinas de nata, ponches de yema, merengues blancos y rosas como los de antes, modernos
“macarons” y mis favoritos: los pasteles rusos y las trufas de chocolate con
los que me suelo dar un homenaje. Los croissants están buenos aunque no son muy
grandes, ni tampoco se parecen a los franceses.
Siempre suele mostrar, al menos dos meses antes de la
fecha, establecida los roscones de Reyes, las torrijas, rosquillas, tontas y
listas, de San Isidro, los buñuelos y los huesos de santo.
Tiene una barra y un salón arriba y su decoración era
moderna allá por los años sesenta, el sitio típico lleno de viejos. Una pega:
cierra en Agosto pero sus precios son de lo mejorcito de Madrid.
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El Riojano |
Un poco más adelante, siguiendo por la calle Mayor se
encuentra un lugar para los nostálgicos de las pastelerías francesas o
vienesas. Sí, una de esas de techos altos, dorados y espejos, con salón de té
al fondo. La puerta y el escaparate son estrechos, incluso la pastelería en sí
es pequeña, pero eso no le impide, mostrar sus exquisiteces. Se llama “El Riojano”
y es de las de más solera. Precios son más altos que en “La mallorquina” pero
el lugar es de más lujo y su salón de té la mar de coqueto.
Volvemos nuestro pasos hacia la calle de la Cruz y de ahí
torcemos por un callejón con mala pinta
llamado calle del Pozo, donde encontramos la “Pastelería Del Pozo” también de
las antiguas con solera, famosa por sus planchas de hojaldre rellenas de crema
o cabello de ángel de las que, en época de fiestas, como Navidad por ejemplo,
vende tantas que la gente hace cola en la calle para comprarlas. Otra
especialidad es lo que llaman “torrijas”, que no son como las que se toman por
Semana Santa, sino unos dulces pequeños parecidos a los bizcochos borrachos. Un
bocado delicioso. Es pequeña y dentro tiene adornos de madera y mostrador de
mármol. Normal de precio.
Menos conocidas son el “Horno de la Santiaguesa” (final
de la calle Mayor), el de “San Onofre”, y los varios establecimientos de Viena
Capellanes, mas de andar por casa y tomarte algo si te pica la gusa. Los establecimientos tiene pinta de antiguos
bien conservados, con espejos y tal, sus sándwiches son variados y bueno, tiene
un pasar.
En la carrera de San Jerónimo se encuentra otra pastelería
de renombre: “Casa Mira”, con su torre giratoria llena de dulcerío variado en
el escaparate, tiene fama por sus turrones artesanos, en grandes barra que hay
que ir cortando al peso, cuando llega Navidad.
Casi en la puerta del Sol está “L’ HARDY”, más
restaurante y “delicatessen” que pastelería en sí, famosa por sus calditos
calientes y el cocido de su restaurante.
En mi barrio hay varias pastelerías buenas y a buen
precio, y supongo que en otros barrios también aunque no sean de las que me
gustan y me hacen acordarme de la tienda en que trabaja la Columeta de “La plaza del
diamant”, (una, en la calle Orellana se fue para siempre y otra, en Fernando
Sexto “La Duquesita”,
perdura en una calle rara (Fernando VI) donde se mezcla lo antiguo con lo
moderno, representado por la nueva “Mamá Framboise” , que tira mas al estilo
neoyorkino, Le pain Quotidinne, y otros que van de provenzales.
(Continuará)
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