domingo, 22 de septiembre de 2013

LOS CINES DE MI BARRIO-

NOTA: Me repito, el original lo escribí para mi otro blog "Sueño de una noche de verano" , pero he decidido ponerlo aquí también debido al incrmeneto de salas que están cerrando a causa de la crisis, sí, pero también al aumento del IVA cultural. ABAJO EL IVA PARA LA CULTURA.

ULTIMA HORA. CIERRE DE LOS RENOIR CUATRO CAMINOS ESTE MES


Cuando vivía en Barcelona eran el Adriano, el Bonanova y el Balmes, de programa doble, donde me llevaban las tardes que no había colegio, merienda incluída.
En mi barrio no quedaba el Avenida de la luz, sino en los bajos de la Plaza de Cataluña, pero allí nos llevaba mi padre a ver las de Disney.
En mi colegio también daban cine los domingos por la tarde y, algunas veces, las películas estaban hasta bien aunque entonces no supiera apreciarlas mucho.
En Madrid, mi barrio estaba lleno de cines, donde te encontrabas al colegio en pleno cuando ponían pelis como "Tu a Boston y yo a California" o "Hatari".
Salamanca, ahora C&A

Los que más cerca tenía, ahora desaparecidos o reconvertidos, eran el Carlos III, de estreno, enorme, donde hacían festivales los del colegio de los Sagrados Corazones y que tras pasar por sede de exposiciones como "Títanic" o "Bodies" parece ser convertirá en un "centro de eventos" lo que sea eso, el Tivoli (un VIPS), el Benlliure (pasó por ser un ABAC que quitaron hace tiempo, así que está cerrado y vallado ), el Beatriz (cine, teatro y ahora el restaurante Teatriz), el Salamanca... ahora un C&A, el Richmond, el Carlton, el Vergara (que continúa como multisala en parte, y en parte es un VIPS) o el mucho más moderno Cid Campeador en la calle Príncipe de Vergara y cerró hace ya unos años aunque aguantó mas que otros.
Antes, Cine Carlos III

De los de sesión continua... pues estaban el Alcalá (ahora teatro), el Narváez, (ahora un Renoir, ¡Bien!) el Ibiza, el Sainz de Baranda (ahora un local de celebraciones infantiles), el Bellas Artes, que paso a ser de "arte y ensayo" y me encantaba porque era pequeño y acogedor... Un poco más lejos quedaban el Barceló, el Alcántara, o el Peñalver, el  Jorge Juan,  el Gong...y el Fantasio, en Ortega y Gasset, ahora un Simply.

Antiguo cine Richmond
En la calle Génova desaparecieron hace mucho, muchísimo el Colón y el Príncipe Alfonso, en los que no sé por qué, recuerdo haber visto pelis de romanos cuando vine a vivir a Madrid.
Una época marcaron los que llamaron de "Arte y ensayo", con pelis en blanco y negro y versión original donde practicar los idiomas 7y que suponían no eran para "público en general, sino para culturetas que entonces no se llamaban así. Aunque no todos estaban en mi barrio me gustaban el Palace ( bajo el Hotel Palace), o el Pompeya, en la Gan Vía, el California o el Rosales, estos últimos en Argüelles que han durado hasta hace poco. Todos son ya un recuerdo.
                                             
Antiguo Cid Campeador

También estaban los Cinestudios Groucho y Bogart, estos dos con programa dobles estupendo y v.o. ¿Se podía pedir más? Siempre podías encontrar la película que se te había pasado, eran baratos y estaban llenos de lo que se llamaba "gente progre", así que te ibas aunque te quedaran en el quinto pimiento si ponían algo que te interesaba.
Entonces llegaron los Alphaville (ahora se llaman Golem) en la calle Martín de los Heros, progres entre los progres, y que han convertido la zona en el foco de los V.O.
 Ellos rompieron moldes porque ponían películas que se consideraban atrevisa y día sí, día también estaba amenazados por los ultra... sobre todo cuando estrenaron "Je vous salue, Marie".
 Los siguieron los Renoir, en la misma calle y más adelante, cual pulpo se fueron extendiendo por la Plaza de los Cubos, añadiendo lo que fue una discoteca muy famosa y por el pasaje cutre que une la plaza con la calle Martin de los Heros, convirtiendo unas salas X que allí había en ahora salas 10 y 11 .
Cine Benlliure

Gracias de nuevo, Jorge.

domingo, 8 de septiembre de 2013

COMIDA CALLEJERA





Cuando yo viene a vivir a Madrid (antes venía de vacaciones) y hasta bastante después, por muy increíble que parezca, solo había un restaurante italiano. Se llamaba "Serenella" y estaba en la esquina de atrás de "Sepu" a la calle Desengaño, que ahora tampoco existe, pero eran unos almacenes baratillos que ocupaban lo que ahora es el H&M de Gran Vía, no el del cine Avenida, que es otro H&M, sino el de enfrente, junto a un cine que tampoco existe ya, el Imperial.
Pues volviendo al tema, aquel era el único sitio donde podías tomarte una pizza o unos "spaghetti" porque en las casas lo que se comía eran macarrones nada más.
Chinos había alguno, en la calle Leganitos y en otra calle junto a Gran Vía a los que poca gente iba puesto que se consideraban raros, con la excepción de House of Ming, en la Castellana, que era chino de lujo y la fachada estaba decorada con tejados picudos y letras rojas imitando la Ciudad Perdida. Ni que decir tiene que ahora tampoco existe.
Y no hace tanto tiempo de esto, lo juro... Pero es verdad de la buena, aunque cueste creerlo visto todo lo que hay ahora por ahí...
Por no haber no recuerdo que hubiera hamburgueserías.... y en las casa lo que se comía eran los "filetes rusos". El colmo de la modernidad fue el restaurante "Galatea" en la calle Príncipe de Vergara, entonces General Mola, donde podías tomarte un perrito caliente , casi casi igual a los de las películas.
 
Uno de los mejores recuerdos es un Día de la Amistad hispano-norteamericana, en que me llevaron a la base de Torrejón... un nuevo mundo se abrió ante mí. Había hamburguesas y sandwiches en pan de molde... riquísimos e igualitos... sí, a los de las películas.
Así también era la cafetería de los almacenes Sears... con sus taburetes de "skai" rojo, donde te servían el clásico "milkshake" con soda y todo, o el primer restaurante de "Kentucky fried chicken", por Alberto Alcocer, que tenía una pared adornada con un dibujo de chicas vestidas como Escarlata O´Hara... 
Coca-cola sí que había, desde hace mucho, pero con respecto al chocolate debía conformarte con Suchard (el del perro), Elgorriaga (el de la campana, que se hacía en Irún) y los Nestlé rojos de toda la vida, incluso ya entonces.
Una de las cosas que más me chocaron, y me asombraron, la primera vez que fui a Londres (¡ay, que tiempos aquellos!) fue la cantidad de restaurantes de todo tipo que allí había. Hemos subido de nivel, ya iba siendo hora.
Ahora hay todo tipo de comida, incluso comida de mentira desperdigada por las calles. Véase la muestra.


NOTAS     Cristina (Eeckman) me dice que había otro restaurante italiano por Santo Domingo, en un piso, que se llamaba "La Piamontesa". Yo no lo conocí.             También me cuenta que en el Sereenella había una ventanita por la que pasaban las pizzas a las "señoras de vida alegre" de las inmediaciones.