domingo, 7 de abril de 2013

CALLE DE SERRANO







EL BALCÓN DE CASA DE MI ABUELA
CALLE DE SERRANO
Madrid años 50

 Era una calle de estilo parisino de aceras amplias y doble fila de árboles. Por la calzada pasaban muy pocos coches, algún camión, carros y aquellos coches de muerto grandes y negros rodeados de cristales para que se viera el ataúd. Al anochecer aparecía el farolero, un señor de gris provisto de un palo muy largo con el que encendía las farolas. Cuando se cerraban los portales, a las diez de la noche, se escuchaba a la gente llamando al “sereno un señor con gorra, que llevaba otro palo largo y un manojo de llaves para que te abriera.
Desde el balcón de la casa de mi abuela, en un segundo piso del número 7, donde yo nací, se veía absolutamente todo lo que pasaba. Mi tía María Jesús se sentaba a coser  y radiaba todo lo que veía que, cuando tú ibas corriendo a verlo, no parecía ni la mitad de interesante.
Enfrente, en la esquina con Conde de Aranda, el número 8 de la calle, donde yo iba a vivir unos años más tarde, estaba la tienda de Mariquita Pérez y sus escaparates que eran la delicia de las niñas. En verano las vestían con bañadores y gafas de sol, en invierno con abrigos o ropa de ski.
Al otro lado del portal, quedaba “La Gloria de las medias” donde entraba a veces con mi abuela, y en el 6, casi esquina a Columela, la cafetería-salón de té “LOTO”, con sus mesitas en la calle donde se sentaba la gente fina a tomar el aperitivo. Entonces se podía aparcar el coche sin problemas y delante de “Loto” siempre estaban los cochazos más “sofís” de Madrid. Hoy en día sigue siendo sofís, puesto que allí ha ido a parar una sucursal de la pastelería Mallorca, no exactamente allí, pero sí en el número 6.
La calle empieza justo en la puerta de Alcalá, a dos pasos del Retiro y es paralela al Paseo de Recoletos,  donde entonces se sucedían los aguaduchos y había sillas de pago. En primavera ponían allí la feria del libro.
Volviendo a Serrano, en los primeros números de la acera de los pares había una tienda de telas de las que ahora se diría que son “fashion”, las flores “María Luisa” con un escaparate chorreando agua que me encantaba y, ya en la esquina con Columela, bajando unas escaleritas, la juguetería Miñón, frecuentada por todos los niños del barrio. Hoy han desaparecido todas.
La acera de los impares siempre ha sido más aburrida, con Bancos y cosas así. En la esquina con la plaza se instalaba la periodiquera ya que no había casi quioscos, y voceaba la mercancía “Informaciones, Madrid, Pueblo”…  En el número 5, esquina a la calle Recoletos se situaba la primera oficina en España de IBM y sus enormes máquinas que nadie sabía para qué servían. Debajo de casa de mi abuela había una “tienda de sedas” (o sea, una mercería), la tienda de comestibles “Mantequería Diez” y la perfumería “Esteban”, donde olía estupendamente. Ahora no queda nada de esto. Por las mañanas, en esa manzana se instalaba el churrero. Desplegaba una maleta de metal y ensartaba lo churros y los buñuelos en un junquillo.
Yendo hacia la calle Goya esta acera seguía siendo aburrida, puesto que una manzana la ocupa el Museo Arqueológico, y la siguiente la ocupaba la Fábrica de la Moneda un edificio muy feo y gris con pinta de eso, de fábrica. Cuando la echaron abajo se convirtió en la plaza de Colón, con sus monolitos de piedra.
Por el contrario la acera de la derecha siempre ha estado a rebosar de tiendas y por ende, de escaparates que eran un pasatiempo y luego veía cuatro veces al día cuando iba y venía del colegio de las teresianas, cruzándonos con los chicos del colegio de los “sagrados corazones que iban en sentido contrario. La tienda de decoración ”Rohan”, con sus escaparate inmenso a veces representando un jardín con tumbonas y sombrilla, la perfumería “Álvarez Gómez”, en el mismo sitio donde sigue al cabo de los años, con sus vitrinas llenas de bisutería finísima y su olor exquisito.
Siguiendo hacia Goya, se sucedía otra tienda de decoración “André&Hipola”, la “Camisería Inglesa”, las flores “Castañer” (otros que siguen inamovibles), entre zapaterías y tiendas de tejidos (entonces la gente se hacía ropa en modistas) y regalos, como “Raphael”, en un coqueto patio donde mi familia compraba los regalos de boda, en la casa de al lado de lo que fue librería “Aguilar”, mas tarde “Crisol” y ahora una zapatería ”Camper” . Justo enfrente, esquina a Jorge Juan pusieron “Loewe” que entonces no me decía nada y luego paso a encantarme, con unos escaparates dignos de admiración. Lo siguen siendo.
Un poco mas allá estaba “Fémina”, un cuchitril con mostrador de madera donde mi madre compraba “skijamas” y bañadores “Meyba”, camisetas , calcetines, etc. Con el tiempo se volvieron elegantes y se trasladaron un poco más allá, a una tienda nueva, donde ahora hay un “Prada”.
Incombustible aún permanece “Matarranz”, con sus mantas de  lana exquisita, sábanas de hilo y paños de cocina de lino. Un poco mas allí, hasta la esquina con Goya, que ahora está lleno de “Yves St. Laurent, Rive Gauche”, “Michael Koors”, la joyería… y “Loewe Homme”, donde antes estaban la “Mantequería Leonesas” se sucedían tiendas de barrio.
Seguimos subiendo después de cruzar Goya, y ahí empezaba lo que en los años 60  se conocía como el “tontódromo”, frecuentado por los llamados “niños de serrano”, sinónimo de lo que ahora se llama “pijos” y que entonces eran los niños modernos y ricos de la época. Bien vestidos y con sus coches descapotables frecuentaban las tiendas y llenaban las terrazas de “Roma” “El Águila” o la cafetería “Iowa”.
Hace años que me marché de allí, mi abuela murió y mi madre se mudó a un piso más pequeño y más cómodo. Las pequeñas tiendas como la panadería o la lechería fueron desapareciendo, al mismo tiempo que desaparecía la mitad de la acera junto con una de las filas de árboles. La calle se llenó de coches y ya no había quien aparcase pero seguía siendo una calle con encanto y cada vez tiendas más exquisitas. Luego llegó Gallardón, construyó un aparcamiento subterráneo, y la ha convertido en lo que mismo que el resto de Madrid, una fea pila de cemento llena de tiendas, caras, eso sí, pero sin glamour ninguno.
(1) Antes en lugar de Duran era "Mariquita Pérez"

Flores castañer, aún en su sitio

Matarranz, sobrevive
Casa de Serrano 7

Esquina Serrano8 con Conde Aranda(1)

El portal de Serrano7

2 comentarios:

  1. Te ha quedado precioso.Te visitaremos muy a menudo.Besos desde Tenerife.

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  2. Me ha encantado leerlo igual que me encantó escucharlo. ¡Cuántos recuerdos de la infancia!

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