domingo, 14 de agosto de 2022

CINE DE BARRIO

He estado dudando donde colocar esta entrada, si en blog de cine o en este de Madrid, sea donde sea, aquí va.

No soy muy adicta a las películas españolas antiguas, pero a veces doy con alguna que me hace pensar, o más bien recordar y sentir cierta nostalgia al ver aquel Madrid. Aunque no hace tanto de ello y algunos aún lo recordamos así. Un Madrid con pocos coches, asfaltado de pedruscos y guardia urbano dirigiendo la circulación (generalmente Manolo Morán) de cuando había autobuses de dos pisos, trolebuses y tranvías. Y siempre te cobraba el cobrador.

Y libre de masas de turistas.

Las aceras eran anchas, para pasear, sin bicis ni patinetes… ni móviles, y a había que pagar para sentarte las sillas de Recoletos (50 céntimos) donde en lugar de terraza “sofis” había aguaduchos, o la señora con el botijo, que te vendía agua. Las “sofis” estaban en la Gran vía y tenían mantel en las mesas.

En las pelis de los 60 ya hay más coches (seiscientos, cuatro cuatros y elegantes Dauphine. Los niños pijos, guapos, de los que se enamora la protagonista, (pobre) tenían un “Caravelle” descapotable) Por la calle solo se veían en Serrano-

Me llama la atención que los chicos iban siempre con chaqueta y corbata para ir a la universidad y para ir a los guateques, mientras los obreros llevan la camisa remangada y gorra (Tony Leblanc).

Hasta que llego el Dúo Dinámico y se colocó el jersey rojo a la espalda, cambiando la moda masculina. En las pelis de entonces, las chicas pasan en un tris de las faldas amplias con can-can de nylon a los pelos cardados y las faldas cortas, o sea, como la chica yeyé de Conchita Velasco. De trabajar en Galerías preciados, empiezan a ir a la universidad.

Las familias de clase media suelen ser comerciantes, pero todos tienen “tata” (Gracias, Gracita Morales y Rafaela Aparicio) y las señoras están en casas vestidas elegantes, peinadas de peluquería y con zapatos de tacón.

Había bastantes familias de 10, 12 o más hijos (en mi barrio recuerdo 3) a los que el caudillo daba premio de natalidad todos los años. Si, como “La gran familia”, que es de lo más real… bueno, casi, visto con los ojos del égimen y como el Chencho de la película todos iban con su abriguito y la gorrita…

Eso sí, al parecer tampoco de privaban de vacaciones en una residencia de Educación y Descanso.

También se ven grises de infausto recuerdo y curas y monjas con complicados hábitos. Real como la vida misma. Un estudio de sociología y del desarrollo del país.

Y mientras, de vez en cuando, distingues a alguien que era poco más de un quinceañero entonces y luego… (Conchita Goyanes, Emilio Gutierrez-Caba o Jaime Blanch).

Muy curioso todo. Así era.